Día Internacional de la Educación [emprendedora] 2020

Hoy celebramos el día internacional de la educación 2020, y António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, señala que «debemos hacer mucho más para avanzar en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, que busca garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos».

Señala la Unesco que «La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva«. ¿Qué podemos hacer para que se haga realidad?

Soy de los que piensa que la conmemoración de un determinado hecho o día determinado tiene sentido para hacernos reflexionar, para trabajar un problema. Por supuesto no se reduce a celebrarlo un día, sino a su trabajo todos y cada uno de los días. En nuestras manos está contribuir y mejorar. Y hoy hablamos precisamente de nuestro ámbito de trabajo principal: la educación. Pero ¿cómo podemos hacerlo en nuestro aula?. Voy a tratar de dar mi opinión sobre la propia definición que da la Unesco de la educación.

La educación es un derecho humano. La educación es un bien público. La educación es una responsabilidad colectiva

Y para entenderla así, es preciso educar sobre los siguientes puntos clave, entre otros:

Autoconocimiento. Ser capaz de evaluarse, valorar los aspectos positivos y cómo no, los negativos, es clave para aceptarse y dar lo mejor de sí. Siempre que comenzamos un proyecto, el punto de partida es una autoevaluación de cada uno de los miembros de equipo. Eso hecho permite cumplir con lo comentado anteriormente, y además, nos permite hacer equipos más compenetrados.

Respeto. Respeto por todo, por nuestro entorno, por nuestra madre tierra, por los animales, y también, cómo no, por los demás y las opiniones de los demás. Vivimos en el conflicto permanente del blanco-negro, y hay que desarrollar el espíritu crítico necesario para entender al resto y a la vez, formarse una opinión lo más objetiva posible de la realidad. Política, TV, y prácticamente en cualquier ámbito se nos educa en una doble realidad contrapuesta. Pero es falso. Hay muchos puntos de vista de la misma realidad. Para ello, en aula trabajamos problemas reales y relevantes de nuestro entorno, y tratamos de entender a los diferentes agentes que intervienen.

Pensamiento crítico. Hoy más que nunca, se hace preciso desarrollar el pensamiento crítico; de esta forma podemos  entender verdaderamente lo que ocurre, comprenderlo, y adoptar una actitud positiva ante el mismo. En nuestro caso, la realización de una exhaustiva investigación en todo proyecto nos ayuda sobremanera. Pero la actitud de aprendizaje permanente, no sólo al comienzo, lo potencia.

Manejo de las TIC. Para la consecución de cualquier objetivo, disponemos de numerosas y eficaces herramientas imprescindibles para trabajar hoy. Esta cualidad forma parte de nuestras vidas y nuestro alumnado debe dominarlas. Por eso, es fundamental integrar las TICs en todo el proceso educativo. No se trata de usarlas sin más, sino de mejorar el proceso y el producto final gracias a las TIC.

Trabajo de las soft skills. El verdadero caballo de batalla y el objetivo que nos hemos marcado muchos docentes. No sólo porque ya lo está exigiendo el mercado de trabajo, sino sobre todo, porque es los que nos diferencia de las máquinas. Y por lo tanto, donde podemos aportar valor. Nosotros lo trabajamos de forma transversal, en todas las fases del proyecto, y en todas y cada una de las sesiones. Como muchos de vosotros ya sabéis, concentro las soft skills en creatividad, comunicación, cooperación y confianza.

Motivar. En muchos casos se suele aludir a la falta de trabajo y estudio por parte del alumnado para justificar los resultados académicos de un grupo, nivel o incluso del centro educativo. Pero, ¿de quién es responsabilidad la motivación?. Opino que gran parte de la misma es responsabilidad del docente. Debemos crear las condiciones necesarias para que el proceso de enseñanza-aprendizaje pueda darse con la máxima eficacia en términos de desarrollo de competencias del alumnado. En este sentido, la aplicación de nuevas metodologías, centradas en el alumno, en el que conseguimos que se involucre en el proyecto, es clave para conseguir, en primer lugar, motivar e implicar al alumno, y por consiguiente, sentar las bases para conseguir los objetivos educativos. Hablar de motivación, implica entonces hablar de microlearning, gamificación, visual thinking, aprendizaje colaborativo basado en retos o proyectos, entre otros.

Nuevos espacios. Como he mencionado en ocasiones anteriores, [Un ejemplo de aula de emprendimiento] nuevas metodologías y nuevos recursos, precisan de nuevos espacios. El espacio debe ser lo suficientemente flexible para permitir la aplicación de las nuevas metodologías, y así conseguir esos objetivos tan ambiciosos en términos de desarrollo de capacidades del alumnado. Por nuestra parte, insistimos en la necesidad de dar pasos en esta materia, para así, ser verdaderamente efectivos en la formación de nuestro alumnado. Nosotros hemos dado pasos muy importantes, con un aula de emprendimiento propia, que denominamos configuraba, como habéis podido ver en el link anterior.

Bajo mi punto de vista, cada uno de los puntos analizados forma parte de lo que entiendo como educación emprendedora, o dicho con otras palabras, sólo concibo la educación si permite el desarrollo de la iniciativa y espíritu emprendedor de nuestro alumnado.

Y tú, ¿qué piensas? Te invito a comentar punto de vista en comentarios. 😉